La casa se emplaza en una zona rural cercana a Catapilco donde el viento SW barre sobre el lugar la mayor parte del año y la escasez de agua no permite la presencia de árboles en altura. La vivienda se emplaza encajándose entre tres espinos que se consideró valiosos preservar por su tamaño y edad. La propuesta se pensó más como un sistema que como una pieza conclusa, debía tener la capacidad de ser flexible en el uso y admitir el crecimiento futuro, de esta manera se definió lo que podría ir modificándose y lo que debía ser permanente. Se trabajó el corte como un sistema de modulos repetible que permite su crecimiento con facilidad manteniendo la unidad del proyecto original. Junto al orden otorgado por la disposición de los pabellones se trabajó definiendo tres horizontes al cual se le asignó un material: un zócalo de hormigón que entra en contacto con el suelo y genera el plano donde se disponen una trama de pilares y vigas de acero generando una planta libre sobre los cuales se desarrollan las vigas de madera laminada que conforman la cubierta como un manto inclinado que genera un plano contínuo que busca las vistas lejanas y permite el paso de la luz.
Ubicación: Catapilco
Año: 2013
Fotografía: Felipe Fontecilla